Con Sesshomaru temporalmente fuera de combate,
Inuyasha y Kagome salen en busca de los fragmentos de la esfera de Shikon,
intentando reunirlos todos. Encuentran a un joven samurái a lo largo del
camino, al cual lo siguen y los lleva a un castillo donde un vengativo demonio
sapo ha poseído al príncipe reinante, y resulta ser que el demonio tiene un
fragmento. En la batalla, tiene que decidir entre matar al demonio y conseguir
el fragmento o dejarlo vivo junto con el alma atrapada del príncipe. Al final
consiguen el fragmento, matan al demonio sapo y dejan al príncipe vivo, tras
una ingeniosa idea de Kagome.
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